En estos tiempos de paro, de crisis y de recorte las administraciones locales han recurrido y recurren cada vez con más intensidad y más fervoroso apasionamiento a la recluta de policías locales - populares guindillas en términos galdosianos - de manera que esta profesión constituye un sector en alza ofertando mayores salidas profesionales que todo el mamoneo de lo de Alemania que al final o es un minijob o es un puto curso de alemán que sólo te sirve para desempeñar un minijob.

La implícita mutación de la multa sancionadora hacia un ingreso tributario - es decir, de lo que se trata no es de corregir conductas infractoras sino de sacar pasta - tiene mucho que ver desde luego en la formación de estos ejércitos cada vez más nutridos de municipales, tropa de la que dependen cada vez más los sueldos y las dietas de los munícipes.